¡Allá vienen! (2017, México, Ezequiel Reyes)

Texto de Daniel Valdez Puertos.

Extracto de su tesis «De ida y de regreso: el cine de apropiación experimental mexicano (1998-2018)», presentada en noviembre de 2021 para optar por el grado de Doctor en Historia del Arte otorgado por el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

Estamos ante otra pieza, en la que vemos niñas y niños que sonríen en una playa y que corren hacia la cámara, es decir, literalmente vienen hacia nosotros, los espectadores; mientras que escuchamos las siguientes palabras: “Allá vienen, los descabezados, los mancos, los descuartizados, a las que les partieron el coxis, a los que les aplastaron la cabeza, los pequeñitos llorando entre paredes oscuras de minerales y arena.” Se trata del mismo poema, de la misma lectura de María Rivera con Los muertos que Los Ingrávidos emplearon, pero las imágenes son de otra índole. Aquí se trata de un generoso compendio de grabaciones familiares en formato 8mm y super 8 encadenadas para dotar de mayor fuerza al poema de Rivera; y de manera recíproca, el poema dota de otro sentido a las imágenes que Ezequiel Reyes monta en su cortometraje ¡Allá vienen! (2017). Se trata de una variedad de imágenes de fiestas familiares, bodas y cumpleaños, de vacaciones y bebes durmiendo en los brazos de su madre, de gestos, risas, bailes, caminatas y paisajes; en suma, de momentos felices, que de manera muy precisa, Reyes edita para plantear una correspondencia entre lo que vemos y escuchamos. Por poner un ejemplo, el segmento que va del minuto 3:12 al 3:39 del corto atendemos a las palabras de Rivera que dice:

[…] los muertos a los que madres no se cansan de esperar, los muertos a los que hijos no se cansan de esperar, los muertos a los que esposas no se cansan de esperar, imaginan entre subways y gringos. Se llaman chambrita tejida en el cajón del alma, camisetita de tres meses, la foto de la sonrisa chimuela […]

Este fragmento es ilustrado por Reyes con escenas de un grupo de madres dándole de comer a sus hijos en una fiesta infantil, seguida de una boda en la que la futura esposa recibe la consagración del sacerdote, aunada a la escena de un niño vestido con una “chambrita”, enseguida vemos a otro niño con un triciclo y vestido con camiseta, y por último el saludo a la cámara de una niña chimuela.

¡Allá vienen! (2017, México, Ezequiel Reyes)

Una selección de pietaje de archivos familiares que, en ocasiones, se acopla con lo dicho por un simple guiño, por la enunciación de algún objeto en el curso del poema y que veremos en las imágenes apropiadas por Reyes, pero que genera un efecto de contrapunto. Y es aquí donde el corto adquiere su dimensión política, pues si bien el poema Los muertos habla sobre los sectores más violentados y desprotegidos de la sociedad latinoamericana, las escenas que muestra ¡Allá vienen! son, en gran parte, de familias de clase media, de familias que durante las décadas de los cuarenta a los sesenta gozaban de los recursos materiales para detentar sus recuerdos en cine.

He aquí la dialéctica de esta pieza de apropiación, donde la metáfora no se literaliza, sino que se genera un choque entre el significado (la voz, el poema) y el significante (las imágenes de archivo), y que por tal oposición se establece entre el contenido de cada uno de estos dos elementos un nuevo sentido, mucho más potente y crítico. Una resignificación radical de la imagen apropiada que nos invita a pensar que los desaparecidos, las mujeres violadas y los restos de cuerpos encontrados pueden ser de cualquiera que participe en esta sociedad. En conclusión, que en esta realidad permeada de sistemática violencia los sectores más privilegiados también pueden ser víctimas, como, precisamente, en el caso de la marcha convocada por la celebridad trágica Javier Sicilia 190 , en la que se da, al calor de la convocatoria, la lectura del poema de María Rivera que quedará registrada para el provecho de los cineastas de los que aquí se ha hablado191.

Parece existir una tendencia compartida por los apropiacionistas de la imagen en movimiento de querer problematizar en un sentido crítico las imágenes de archivo en la escena del México contemporáneo. Parece ser que una conciencia social empuja a los artistas a no quedarse en la mera contemplación de estas imágenes que, de por sí, cuentan ya con una carga estéticopolítica, no sólo por el citado acto de agenciamiento, sino al poner de nueva cuenta en circulación imágenes privadas que no se contemplan dentro del universo hegemónico del audiovisual.

  • 190 Ricardo Tirado “Blood sacrifice, instant celebrity, organization and mobilization” en The XVIII World Congress of Sociology, (Yokohama: ISA, 13-19 de julio, 2014).
  • 191 Archivo de la lectura en vivo, Poema «los muertos», Marcha nacional por la paz 2011, de donde surge el archivo que utilizarán tanto Reyes como Los Ingrávidos,
    https://www.youtube.com/watch?v=gYtLFMwQZhQ.

It Felt Like a Kiss (2009, Reino Unido, dir. Adam Curtis)

Texto de María Cristina Alemán.

¿En 70 años, qué dirá la Historia (con H mayúscula) de la época en la que vivimos? ¿Cómo será la narrativa oficial que ordene en un paquete digerible los feminicidios, el COVID-19, TikTok, Zoom, Donald Trump, la crisis económica, los influencers capitalizando el #stayathome, Tiger King y Bad Bunny? ¿Qué cara tendrá el recién pasado 2020 en el imaginario colectivo?

It Felt Like a Kiss (2009, Reino Unido) de Adam Curtis es una pieza experimental de found footage sobre el ascenso de Estados Unidos como potencia mundial y la creación/imposición del American Dream a finales de la década de los 50 e inicios de los 60. Pero es, sobre todo, acerca de los mecanismos ideológicos que están detrás de la cultura pop y de la Historia Oficial. ¿Cuál es la relación entre Osama bin Laden, el programa de televisión Bonanza y Charles Manson? En It Felt Like a Kiss todo está conectado y nada es inofensivo.

“The imaginary felt so real and the world outside became like a dream” (“Lo imaginario se sintió tan real y el mundo exterior se convirtió como en un sueño”) ¿Les suena? Así fue como –de acuerdo a It Felt Like a Kiss– en los 60 se estableció un regimen violento y de capitalismo salvaje… vale la pena preguntarse qué es lo que se está estableciendo ahora.

Así que para este encierro de año nuevo –que posiblemente no se sienta tan distinto del anterior– La Pizca recomienda It Felt Like a Kiss, disponible gratis en este enlace:

https://www.bbc.co.uk/programmes/p003x62n

Manifiesto México (2013, compilación)

Texto de Itzia Fernández Escareño. 

Los pizcadores estrenamos tres cortometrajes como parte de la compilación Manifiesto México, las imágenes son de quien las retrabaja, obra del reempleo contemporáneo curada por Michael Ramos-Araizaga; parte de su valiosa labor de difusión del cine experimental mexicano.

En Redención, Ezekiel Caleidoscopio Temporal se reapropia de una serie de phantom rides de archivos familiares y de aficionados para pasearnos en mood travelogue por los símbolos patrios, para llegar a una secuencia de protesta social contemporánea que prolonga a color la fatídica y obscura vida nocturna de las “fiestas patrias”.

En Mexico Back to the Future, Andrés García Franco realiza un trabajo de reapropiación franca y descarada de Volver al futuro 2 (Zemeckis, 1989) para mostrar la realidad profética más cercana a la ficción que el gobierno de Peña Nieto instauró en aquellos años.

En Gitana (Tzigana) 1971, Itzia Fernandez y Pedro Mohedano resignifican a través del remontaje una película familiar, bajo la forma de tríptico, revelando secretos íntimos de usos y costumbres del partido-régimen, entre un matriarcado imponente y una línea paterna difusa.

Ya está disponible en exclusiva y por tiempo limitado, cortesía de ULTRAcinema MX, Manifiesto México (2013) en FilminLatino.

Liga: https://www.filminlatino.mx/pelicula/manifiesto-mexico/

¡Inocencia, niñez! ¡Dichosos nombres! (2020, México, dir. Ezequiel Reyes)

Texto de Ezequiel Reyes. 

¡Inocencia, niñez! ¡Dichosos nombres!, es un corto de found footage que edité en este confinamiento y que fue seleccionado por la convocatoria del Fonca y de la Secretaría de Cultura «Contigo en la Distancia», 2020. Realizado exclusivamente con filmaciones caseras huérfanas, que he ido recolectando con los años, donde aparecen niños y niñas mexicanos de mediados del siglo XX disfrutando de juegos infantiles. El título del corto lo tomé del poema de Juan de Dios Peza «Fusiles y muñecas» y el párrafo completo del poema aborda la idea que tenía en mente al editar este cortometraje: los juegos de la infancia.

«¡Inocencia, niñez! ¡Dichosos nombres!
amo tus goces, busco tus cariños;
cómo han de ser los sueños de los hombres,
¿más dulces que los sueños de los niños?»

La historia negra del cine mexicano (2016, México, dir. Andrés García Franco)

Texto de Itzia Fernández Escareño. 

El cine en el cine, en tan solo 97 minutos. La historia negra del cine mexicano narra otras historias del cine mexicano en soporte audiovisual.

Documental o poesía de los fragmentos fílmicos, del silente a la era digital, hilada por la saga de Miguel Contreras Torres, nuestro pionero por excelencia (dixit Jorge Ayala Blanco).

Cine expandido activista frente a las ruinas de los cines abandonados, tejiendo una laguna histórica del nefasto monopolio Jenkins.

Una historia del cine analógico y digital, a través de una arqueología de los medios inusitada.

Una master class de prácticas de reempleo y found footage, cuya metodología descifra la obra cinematográfica del gran autor cineasta-teórico Andrés García Franco.

Un registro metacinematográfico que documenta por qué el acceso y difusión al cine mexicano es tan difícil.

Muñecas rusas autorreflexivas para que los espectadores de hoy nos reconozcamos en nuestra memoría fílmica y la abracemos desde la reapropiación.

Enlace de visionado, disponible hasta el 30 de mayo: https://vimeo.com/359427416

La danza del hipocampo (2014, México, dir. Gabriela Domínguez Ruvalcaba)

Recomendación de Ezequiel Reyes. 

Si pudiéramos elegir siete momentos que resumieran toda nuestra vida, ¿cuáles serían?

La danza del hipocampo es un largometraje documental construido, en su mayoría, de material de archivo en cine y video proveniente de registros caseros de la familia de la directora. Dichos archivos abarcan desde la década de 1950 hasta la de 1980, e incluyen material en súper 8 y 8 mm, así como registros en video Betamax. En total se trabajó con cerca de 20 horas de archivo del que se seleccionaron los fragmentos usados en los siete recuerdos que dan forma al relato.

“El hipocampo es la zona del cerebro en donde se orquesta la memoria, toma este nombre por el parecido a un caballito de mar, de ahí que la danza sea una forma de representar cómo yo veo a la memoria, un vaivén de recuerdos, de imágenes y sensaciones que experimentamos y que terminan por constituir nuestra memoria”.
— Gabriela Domínguez Ruvalcaba

«La danza del hipocampo es una película ideal para cinéfilos seguidores del documental intimista y de las reapropiaciones de material de archivo y found footage».
Javier Martínez Ramírez de El País

“[La danza del hipocampo] rinde homenaje a las fotografías y videos caseros, pues a través de un retrato volcado hacia el interior, invita a revalorar los archivos visuales como guardianes de momentos, historias y testimonios de vida».
— Santiago Padilla del portal Corre Cámara

El documental empezó a gestarse en Puebla en 2009 y ganó varios apoyos que hicieron posible su realización, entre ellos el de DOCSDF (Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México), FONCA (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes), y FOPROCINE (Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad).

Enlace de visionado temporal, del 11 de abril al 10 de mayo: https://vimeo.com/88664940

Final Cut – Ladies & Gentlemen (2012, Hungría, dir. György Pálfi)

Recomendación y texto de Andrés García Franco

Final Cut Ladies and Gentleman del realizador húngaro Gyorgi Pálfi lleva los experimentos de la escuela rusa del montaje a sus ltimas consecuencias narrativas  y, casi cien años después, cumple la apoteosis del experimento Kuleshov practicado alrededor de 1917 por Lev Kuleshov a lado de sus célebres alumnos Vsevolod Pudovkin y Serguei Eisenstein.

En esta película enteramente conformada por material reciclado, Palfi reusa planos de más de 500 películas de la historia del cine universal, cubriendo un espectro temporal mayor a los 100 años al incluir desde La llegada del tren a la ciudad de los hermanos Lumiere (1898) hasta Avatar de James Cameron (2009) pasando por toda película que cualquier cinéfilo haya considerado alguna vez un clásico del cine. Cada corte entre plano y plano es un brinco, una interrupción y una disrupción a otra película pero, y he ahí la belleza de la película, sin la más mínima perdida de continuidad narrativa. El cuento clásico – “boy meets girl”- se cumple en todos sus elementos esenciales a pesar de la constante reconstrucción del sentido que Palfi genera con su propuesta de montaje disruptivo.

Lo más sorprendente de esta experimentación es el enorme interés y exigencia que causa sobre el espectador en distintos niveles de comunicación, de los cuales identifico por lo menos tres: el dramático, el fílmico, el metafílmico. En lo dramático, la clásica historia de amor es apreciada por el realizador desde el gesto humano en las mil y un caras de los protagonistas que la historia del cine nos ha brindado para representar siempre a los mismos enamorados que luchan por su amor, y que nosotros mismos hemos sido en las películas románticas que hemos visto y que en definitiva nos conforman emocionalmente hoy en día. Por el lado fílmico podemos apreciar no solo la asombrosa congruencia en la manera de angular, encuadrar y mover la cámara de cada uno de los directores citados en el montaje sino también en el uso de la música y sonido, el diseño de arte, vestuario y maquillaje así como todos los elementos que conforman el sentido narrativo de cada pieza, siempre distintas pero de alguna manera invariables. En lo metafílmico, exigiéndole al máximo a su público pero sin faltar a su compromiso de retribución, Palfi recorre la historia del cine de manera abrupta y disruptiva sin el más mínimo intento de historicidad lineal pero con el mayor de los cuidados artísticos. Alude una y otra vez a la cita audiovisual, a la repetición con variación (incluso de su montaje mismo) y sin duda a la memoria cinematográfica de cada uno de los espectadores. Es allí donde halla su lógica lúdica, la interpretación subjetiva y universal y su más grandioso hallazgo: cada uno de nosotros reconstruye una película para sí mismo desde la memoria emocional hasta la erudición fílmica.

Final Cut Ladies and Gentleman es como cualquier gran obra de arte una sensual e indecorosa propuesta a reconocernos a nosotros mismos a través de sus imágenes.

La puedes ver completa aquí: